Juegos reunidos

No suelo hacer compendio del día ya pasado porque prefiero pensar en el día de mañana, qué me deparará, qué sorpresas tendrá, que experiencias y qué alegrías.

Pero esta noche, ya en casa, me he hecho la pregunta: ¿qué he hecho hoy?:

Lo primero, levantarme tarde. De nuevo no he vuelto a ser consciente de que sonase el despertador. Sigo sin saber cómo mi cuerpo es capaz de levantarse de la cama a apagar esa molesta melodía de "buenos días" sin que mi cabeza se de cuenta. Un café con leche negro, completamente negro se queda enfriando en mi mesa de trabajo mientras el BI manager intenta hacer su trabajo con las pocas herramientas que le doy. Luego, reuniones y más reuniones. Un total de cinco horas repartidas en tres reuniones casi completamente inútiles... como siempre.
No sé por qué nos gusta tanto a la gente reunirnos. Será por aquello que es de 'gente importante'. A mi, me sigue pareciendo una pérdida de tiempo, no el hecho en sí de reunirse, pero sí la forma de hacerlo.

Pero, pensando de veras en qué me llevo a la cama sobre el día de hoy... reconozco que no es nada relacionado con el trabajo ni las pesadas reuniones. Esta vez ni diré el pecado ni diré el pecador.
Solo diré que... me encanta jugar otra vez.