Love is in the air

Ayer volvía de viaje a Barcelona. Llevaba como de costumbre el iPod en el bolsillo, pero esta vez me decanté por seguir leyendo el libro que compré hacía un par de días. Nos dejaron embarcar muy pronto así que preferí entrar en el avión al principio para acomodarme en mi sitio (25F) y seguir leyendo tranquilamente. Allí estaba ya sentada N.R. Dios mío!! es bastante más guapa en persona que en la tele!! Me quedé mirándola embobado y de repente ella subió la mirada hacia mí. Me salió una sonrisa un poco tonta, pero es que era la cara que tenía en ese momento.

- Hola! - alcancé a decir
- Hola, que tal? - me contestó ella. Entonces vi en primera fila su sonrisa televisiva, la cual acompañaba entornando los ojos -¿Aún trabajando? - dije, viendo los papeles que tenía delante suya.
- Sí - volvió a decir ella, resoplando - Yo creo que ya está bien por esta semana, ¿no?.
- Sí, si yo estuviese en primera clase, como tu estás ahora, aprovecharía para tomarme algo y relajarme.
- No creo que haya problema en que lo hagas. La azafata me ha comentado que sólo somos cuatro en primera esta vez... ¿te apetece tomar algo? no me gusta viajar en silencio...

Y sin saber de qué manera, tenía en mi mano una copa de vino, acompañando a N con la suya. Su risa era tal y como la imaginaba en la realidad. Era más pecosa de lo que creía; era realmente atractiva. Cuatro mil doscientos gratos segundos.

No contaré más conversaciones y/o devaneos de ese viaje. Sólo deciros que hoy, 12 horas después, sigo sin creerme que tenga su teléfono y hayamos quedado de nuevo para fallar (dícese: asistir a las fallas de Valencia).

(Foto: agencia reuters)