jueves, 23 de julio de 2009

Fumando es, pero...


Otra calada al que parece que es mi último cigarro del día. Sé que el tabaco no me calma físicamente, pero lo que me hace a la cabeza, reconozcámoslo, es de agradecer.

Siete miligramos de alquitrán mezclados con otros ocho de monóxido de carbono aderezados a su vez con cero coma seis de nicotina, repartidos en veinte pedacitos de robavidas enrollados, palitos incandescentes de fumar o barritas de cáncer.

Podrás decir que es de estúpidos fumar, que me estoy matando poco a poco, que cada cigarro me roba unos segundos de vida, ... pero me ves trabajar a destajo, viajar a ciento treinta por hora o... por qué no decirlo, morir de amor... y sobre eso no dices nada.
Tampoco te metes con el gobierno que se beneficia por cada una de las caladas que le doy a un cigarro..

En mi defensa de fumeta he de decir que no me verás fumando en un lugar prohibido, procuraré no echarte el humo a la cara y miraré porque los niños no me vean para no incentivarles.

También te digo... I´ll feel Lucky si algún premio Nobel tiene la Fortuna de dar con un remedio para quitar eL Mono de inmediato.

2 comentarios:

Alberto dijo...

ay amigo... tamos ahí, tamos ahí. El problema es que el cigarro no es la nicotina, ni el alquitran, ni la adicción etc, el problema es que representa ese rato en que te das un homenaje, en que harto de todo decides dedicarte algo a ti y el que sea prohibido o mal visto incluso le da un aliciente, el: "ahora lo hago porque yo quiero". Y peor para los que somos nerviosos y necesitamos algo entre las manos, peor sería que las pusieramos en otro sitio jeje.

Nando Calleja dijo...

Alberto, amigo, bienvenido al club de fumadores sociales.

Ahora... también te digo, que si me dejan tener las manos en según que sitio, de forma permanente... dejo de fumar