martes, 19 de mayo de 2009

Reloj, detén tu camino


Miro el reloj y éste se descojona en mi cara. Son las 10:10, la hora de la sonrisa. El muy burro no distingue entre a.m. y p.m. Pero la verdad es que tampoco lo distingo yo...

- Son las diez y diez - me grita al oído.
- Sí, ya te oí la primera vez - le contesto.
- ¿Y por qué me sigues mirando entonces?
- No sé, espero a que cambies
- ¿A que cambie yo, imbécil?
- ¡Eh! sin faltar
- Como esperes a que cambie yo, vas listo
- Tarde o temprano tendrás que hacerlo. Es tu sino.
- Mierda, es verdad. ¿Y tu te vas a quedar ahí?
- ¿Y que quieres que haga? Estoy esperando a que me des una señal
- Yo sólo doy señales a "las en punto" y me da a mí que no es lo que esperas.
- ¿Pues no dicen que el tiempo da la razón, que el tiempo todo lo cura, que el tiempo...?
- ...Eh! para, que me canso solo de oírte. Y te olvidas del espacio, que lo sepas
- ¿El espacio sideral?
- El espacio 'relativo', "tontolnabo". Y aunque tire piedras contra mi propio tejado, te diré que lo importante no es el 'cuándo', sino todo lo demás
- Me lo expliquen...
- Yo, por ejemplo, sin el espacio no soy nada. ¿No has oído hablar del continuo espacio-tiempo?
- ¿Lo que?
- El espacio-tiempo es la entidad geométrica en la cual se desarrollan todos los eventos físicos del Universo, de acuerdo con la teoría de la relatividad y otras teorías físicas. Dicho concepto alude a la necesidad de considerar unificadamente la localización geométrica en el tiempo y el espacio, ya que la diferencia entre componentes espaciales y temporales es relativa según el estado de movimiento del observador.
- ¿Qué observador?
- Tu, hombre... tu!
- ¿Pero qué quieres que observe?
- No tienes remedio...

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