miércoles, 18 de febrero de 2009

¿Qué quieres ser de mayor?


Un día oí hablar a mis padres sobre algo llamado trabajo (yo sólo conocía los trabajos que nos mandaba la "seño"). Mi padre se quejaba de que su jefe (vaya palabrota, sonaba a árabe...o algo) no le consideraba. Decía que se dejaba la piel en el día a día para mejorar. Yo lloré a escondidas porque imaginé a mi papá sin epidermis (esto lo aprendí en el cole), como aquel video musical de Robbie Williams. Seguía diciendo que durante muchos años fue autodidacta, innovaba en el curro (yo solo conocía al Curro del '92), tenía ganas de ir a trabajar y sacar las cosas adelante (yo no imaginaba a mi papá empujando todo el día esas "cosas", como si fuesen cajas).

Mi madre, por su parte, puso su cara de "telodije", famosa en todo el vecindario. Ella contestó a mi padre (y está muyyy feo contestar a un padre) que más le valdría haber aprendido la lección. Que intentar ser el mejor solo te consume más de lo debido, que lo mejor era llegar a un buen sueldo con la menor responsabilidad. Finalizó con un 'haz lo que te dé la gana' (y para que una madre diga eso, tienes que tenerla ya muy harta).

Volví corriendo a mi cuarto, para que no supieran que los había estado escuchando. Mi madre vino y me dijo: "Hijo mío, esfuérzate en estudiar, que si no nunca llegarás a nada". Y mi papá siguió: "Apréndete la lección del cole y deja todas las demás distracciones".

Por supuesto, no hice caso a mis padres (del todo). Estudié para acabar el cole mientras me distraía con todo lo demás. Me llené de experiencia sin casi pretenderlo. En unas cuantas acciones: estudiar, leer, escuchar, jugar, reír, salir, apostar, beber, vaguear, putear, amar, llorar, viajar, ... Ahora, 25 años después, me enorgullece saber que soy fruto de todos y cada uno de los verbos que se han cruzado en mi camino... pero sigo pensando que lo importante son los sustantivos, y más en concreto, los propios.

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