Llega un momento en el que tardo en darme cuenta de tu mirada menos de 3,34 ns (nan
Alrededor de esos ojos y en los extremos de tu boca te expresas con 17 músculos al sonreír. ¿En tiempo? 0,01 segundos es lo que tardas en sentir que quieres sonreír... y multiplicas por mil mi tiempo al disfrutar tu sonrisa.
Pero esas son constantes universales y precisamente lo que me gusta de ti es que conviertes el tiempo en algo más duradero y contradices a la física haciendo que se pare el tiempo y se acerquen las distancias.
Porque si el tiempo fuese espacio, lo harías cercano. Y cuanto más tiempo, más cercano estoy. Y cuanto más cercano estoy, más tiempo quiero dedicar a acercarme (y más a quedarme).
Y la física de tu físico convierte mis constantes (vitales) en variables incontrolables al querer que la luz que nos separe, no se pueda ni medir y que sean 34 los músculos que muevas con tu boca... ¿sabes para qué?